Cochabamba- Bolivia, 1890 – La Paz, Bolivia, 1953
ALAS Y CUMBRES
En amplio azul de soledosas cumbres,
donde toda tensión es cristalina
de la nevada cordillera andina
–límpidas luces, rápidas vislumbres–.
Se alza el vuelo del cóndor entre lumbres
al sol que nace en brisa matutina
y se cierne despacio en la neblina
o se lanza velos entre relumbres.
Símbolo alado, el ímpetu refrena
en la región de los silencios grandes
con majestad hierática y serena.
Y cuando el astro cenital fulgura
se eleva por encima de los Andes
para crecer su sombra con la altura.
Son las sirenas, sirtes mitad aves;
quienquiera que tú seas las conoces.
Se tornan altaneras y feroces
después de modular cantos suaves
Al ver que nunca viran esas naves,
que van con sus velámenes, veloces
Has de escuchar mejor las hondas voces
de las sirenas lúgubres y graves
Si llegas a sus playas… entre rocas
te ofrecerán las mieles de sus bocas.
Es tiempo; y pon tu barca a la deriva,
porque sus garras abrirán tu pecho;
y ellas querrán en vano que reviva
tu callado corazón deshecho
Las naves que mirasteis partir hacia el oriente
seguidas por las blancas gaviotas marineras
han tornado de gala y con albas banderas
Anclaron en las playas de un puerto sonriente
Alejad la tristeza que anubla vuestra frente
y llenad vuestros cantos con amables quimeras;
las alas de las blancas palomas mensajeras,
de su sueño despierten a la Bella Durmiente.
Yo he de seguir, hermanos, ese buque fantasma
que su trágica sombra entre la bruma plasma
y da al abismo el ronco vibrar de su sirena;
o entre Scila y Caribdis, en la mar tormentosa,
escucharé, doliente, un canto de Sirena
o del viejo vigía la angustia que solloza.
http://fernando-sabido-sanchez.blogspot.com/2012/06/7209-juan-capriles.html
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